A 20 años de la masacre ocurrida en el local porteño República de Cromañón, la lucha de organizaciones de sobrevivientes y familiares de las víctimas sigue en pie, demandando Memoria y Justicia.
por Mercedes Perullini *
Hoy se cumplen 20 años de la masacre ocurrida en el local porteño República de Cromañón, habilitado en ese entonces para realizar recitales por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Aníbal Ibarra.
En este terrible "incidente" que sacudió al país el 30 de diciembre de 2004, murieron en forma inmediata 194 personas y hubo más de 1.400 heridxs, muchxs de ellxs adolescentes. Mirando en retrospectiva, si hubo algo de justicia, es gracias al esfuerzo y la lucha de sobrevivientes, familiares y amigxs de las víctimas.
En su momento, la opinión pública llevada por los medios de comunicación masiva no tardó en señalar culpables: "desde los funcionarios públicos y el dueño del boliche (Ibarra y Chabán), hasta las propias víctimas (el público, los fans de rock, el chico que prendió la bengala). En el medio, la banda que tocaba esa noche, Callejeros y detrás de ella la cultura rock", dice Gonzalo Sanz Cerbino en un artículo publicado en 2005.[1]
En primer lugar se fue imponiendo el latiguillo “la culpa es de todos”, que está muy cerca de decir que la culpa no la tiene nadie, y va de la mano con caratular la causa como "tragedia". Una tragedia es un lamentable accidente. Sanz Cerbino agrega: "Durante las primeras semanas de este 2005 se salió a buscar al chico que encendió la bengala que provocó el incendio, según los testimonios, un niño de 7 años", pero claramente no les resultó posible dirigir la culpa hacia una causa material, pequeña e incidental. En un establecimiento que realice eventos según la capacidad de personas para la cual está habilitado, cumpliendo con las normativas de seguridad e higiene vigentes, el accidente que puede causar una bengala no se acerca a estas magnitudes. Eso sí hubiera sido una tragedia.
La gran causa de esta masacre es una trama de corrupción e impunidad, de enriquecimiento ilícito de empresarios, políticos y demás actores sociales: Cromañón es un crímen social. En palabras de Pablo Cena (padre de Alejandro Cena, víctima sobreviviente): "Llegar a Cromañón fue lo culminante de una década infame, de lo que fue toda una década menemista. El retroceso del Estado. La presencia de un Estado capitalista al que lo único que le interesa es el dinero, hacer plata, que se vio reflejado en Cromañón. ¿Por qué los padres y todos los familiares de Cromañón decimos que es una masacre? Porque en toda la cadena de responsabilidad y en todas las irregularidades que hubo, ¡se pudo haber evitado!" [2]
Hace unos pocos días, la Legislatura porteña aprobó el proyecto para transformar en vitalicia la asistencia económica a los sobrevivientes y familiares de las víctimas. Aunque resulte increíble, durante estos 20 años la reparación fue provisoria y debía volver a refrendarse cada tres años. El proyecto también reemplaza el concepto "tragedia" por el de "masacre", una reparación histórica, aunque llegue recién ahora, 20 años más tarde. También estipula la reapertura del padrón para asistencia económica, programas de salud, salud mental y educación para incluir a sobrevivientes y familiares que habían quedado por fuera, sin acceder. Es un paso más, pero deja un sabor agridulce, ya que la oposición y las organizaciones de sobrevivientes y familiares denuncian que esta última inclusión sigue siendo limitada: solo se podrán inscribir quienes hayan accedido a programas de salud por las secuelas de la masacre hasta cierta fecha límite.
Volviendo a la frase "la culpa es de todos", podríamos pensar que en la dimensión de crimen social Cromañón nos pasó a todos, como sociedad, y la culpa en última instancia es del Estado (que somos todos). Tal vez necesitamos revisar esta frase, no ya como latiguillo que permite diluir la culpa hasta desaparecerla, sino para hacernos cargo de la parte de responsabilidad que cada unx de nosotrxs sí tenemos. Sin dudas detrás de esta masacre está el vaciamiento del Estado y el modelo capitalista feroz de una década "infame" (modelo que volvimos a elegir), pero pasaron otras dos décadas en las que el Estado no estuvo tan presente como nos hubiera gustado. Cuando festejamos 40 años de democracia también tenemos que poder percibir ese "sabor agridulce".
En relación a esto, Pablo Cena dice: "Es necesaria la reparación histórica y poder seguir conteniendo al conjunto de los sobrevivientes. Es necesario recordar lo que pasó, es necesario que haya un compromiso del pueblo trabajador, de los usuarios, de los vecinos, para controlar este tipo de cosas, fundamentalmente para que no se repita, para que no tengamos más Cromañón".[2]
Otro de los reclamos históricos que vienen haciendo las distintas organizaciones de sobrevivientes y familiares de las víctimas está orientado a recuperar el local para que sea un sitio de memoria y enseñanza. Para continuar con este reclamo de memoria y justicia, se realizaron distintas actividades culturales y sociales durante el fin de semana, las cuales culminan hoy lunes (día del 20 aniversario), con el siguiente cronograma de actividades:
Santuario Cromañón (Bartolomé Mitre) - 11:00 hs
Muestra Cromañón Nos Late
Muestra de Fotos
Actividades Artísticas
Radio Abierta
Serigrafía
Susurrantes
Plaza de Mayo - 16:30 hs
Oración Interreligiosa - Misa
Música en vivo
Lectura de Documento
Suelta de zapatillas
Plaza de Mayo - 19:00 hs
Marcha al Santuario
Acompañan Grupos de Percusión
Murgas
Santuario Cromañón - 20:30 hs
Llegada de la Marcha
Acto central
* Mercedes Perullini
Investigadora (CONICET) y docente (UBA). Miembro de Revista Froi (www.revistafroi.com); mercedesp@qi.fcen.uba.ar
Notas
[1] Sanz Cerbino, G. (2005). Cromañón: ¿Tragedia, masacre o crimen social?, Actas. IV Jornadas de Sociología de la UNLP; La Argentina de la crisis: Desigualdad social, movimientos sociales, política e instituciones, La Plata, 23-25 de noviembre de 2005.
[2] Video documental. "20 años de Cromañón: el relato en primera persona", Filo.news
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